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Monitor Viaja al nepal

Diario de la expedición

En el corazón de las montañas del Nepal, entre valles profundos y picos imponentes, se despliega nuestra aventura. Desde los bulliciosos callejones de Katmandú hasta los senderos serpenteantes de las alturas, cada paso es un encuentro con la grandeza de la naturaleza y la calidez de su gente. Este es el relato de nuestra travesía, donde el aire fresco de las cumbres se mezcla con el espíritu de la exploración, en un viaje que desafía los límites del cuerpo y el alma.

DÍA 2 – 15 de abril
Camino a Lukla, día largo.

«Después del madrugón, los sherpas colocan las maletas en el minibus, unas en el maletero y otras en el techo. Salimos por las callejuelas de Katmandú y nos dirigimos al aeropuerto de Ramenchaap. Han sido cuatro horas y media de viaje tortuosas, el pavimento estaba destrozado, tenía muchas curvas y grandes barrancos. En el aeropuerto, nos encontramos con una gran cantidad de grupos esperando para tomar el avión, después de un buen rato de espera entre tanta gente y equipajes, subimos al avión, un bimotor a hélice con 20 plazas cuya compañía tiene el curioso nombre de Tara Air.

Ascendiendo hasta el pueblito de Lukla disfrutamos de las vistas de las montañas y al estar situados delante y tener la cortina abierta de la cabina vemos el aterrizaje en el peculiar y minúsculo aeropuerto de este pueblecito, considerado uno de los más peligrosos del mundo. Al llegar disfrutamos de un tiempo de paseo y descanso, durmiendo a ratos en una terraza con vistas privilegiadas.

El guía líder nos recomienda repartir algunos de los trajes entre su equipo de porteadores y sherpas, la entrega ha sido muy emotiva. Esta gente estaba muy agradecida, dado sus bajos salarios y duras condiciones de trabajo, debiendo cargar con decenas de kilos… En ocasiones llegan a superar su peso, empleando además ropa rudimentaria y sandalias.

De aquí caminamos 8 kilómetros pasando por pequeños pueblos llenos de vida y encanto, compartiendo el camino con gente local, senderistas de todas las nacionalidades, burros y yaks.

Al llegar a Phakding, sitio donde hacemos noche, parte del equipo ha aceptado el reto de jugar un partido de fútbol con los chicos de la zona y un viejo balón deshinchado y deshilachado.»

DÍA 3 – 16 de abril
De Phakding a Namche Bazar

«Nos hemos despertado a las 6:30 tras de dormir más de diez horas, ¡estábamos felices desayunando después de este primer descanso!

Salimos a las 8:30 sabiendo que la ruta de hoy es la más larga, comenzamos caminando paralelos al río con subidas y bajadas de incómodas escaleras de piedra bien tallada, cruzando pequeños pueblos y puentes hasta que entramos en el Parque Nacional de Sagarmatha. Nos espera el último tramo que asciende por una ladera pronunciada dentro del bosque, donde atravesamos el puente con mayor longitud y altura y seguimos subiendo un buen tramo más, llaneamos un poco hasta que emerge entre las montañas el pueblo de Namche Bazar. Esta, es la población más grande de la zona y está totalmente orientada al turismo de alta montaña, es el último punto donde poder adquirir material. Entre las tiendas de souvenirs, supermercados, material barato e imitaciones surgen cuatro tiendas deportivas de calidad.

La población, situada a una altitud de 3.500 metros está infestada de callejuelas estrechas muy empinadas y llenas de escalones.

Mañana día de aclimatación…»

DÍA 4 – 17 de abril
Aclimatación: circular por Khumde y Khumjun


«Namche Bazar nos había enamorado ayer pero esta mañana, al estar el cielo totalmente despejado, nos tenía otra sorpresa, al ver las majestuosas montañas que la rodean entre ellas la conocida Thamserku. Hacia un sol tan espléndido que hemos desayunado en la terraza del hotel con el pueblo a nuestros pies. Antes de salir, le hemos hecho entrega de uno de los equipos de la escuela Monitor a Pasang Nuru, nuestro segundo Sherpa. Es tan educado que ha esperado a saber que podía sobrar alguno para preguntar. Arrancamos la marcha con la intención de aclimatarnos subiendo a dos pueblecitos a 3.900 metros, después de una primera subida muy pronunciada hemos empezado a entrar en unas colinas donde se nos abrían nuevas montañas en el horizonte, no podemos obviar entre ellas la preciosa y perfecta Ama Dablam y muy a lo lejos asoma el gran Everest. Los caminos empedrados nos llevan a Khumde, la entrada de este es de cuento. Aquí paseamos por el pueblo y nos dirigimos a saludar a una familia amiga de Javi Alonso, el marido, Sherpa experimentado, estaba ausente, la mujer nos invita a un te muy amablemente y cada uno del equipo recibe una khata (pasmina nepalí budista) blanca. Les ofrecemos para sus hijos dos equipos en las tallas más pequeñas y lo reciben con gran timidez mostrando emoción. Cuando salimos de este cálido hogar visitamos el hospital saludando al doctor y dejamos algunas prendas que traían parte del equipo y nos vamos dirección a Khumjun, donde disfrutamos viendo a los monjes budistas jugando a voley, de vuelta al punto de salida, nos detenemos en el centro de Sagarmatha Next, asociación sin ánimo de lucro dedicada a la concienciación y limpieza de residuos generados por el desplazamiento de las masas turísticas en esta región de Khumbu. Se trata de un edificio singular con varias salas, una audiovisual donde se ve la evolución/degeneración provocada por el turismo, una sala de exposiciones con obras de arte de reconocidos artistas utilizando los propios residuos, un taller para los artesanos y una tienda donde se compran recuerdos originales hechos con el plástico recogido. Seguimos el sendero hasta alcanzar el pueblo y llegamos hambrientos al hotel. Después de una buena comida y ducha caliente, nos vamos al pueblo de compras y bares.

Mañana nos espera una caminata de baja y sube…»

DÍA 5 – 18 de abril
De Namche Bazar a Dibuche


«Amanece con sol y alguna nube, volvemos a desayunar en el exterior, parte del grupo aprovecha para ofrecer zapatillas, gafas, gorros, etc. a los porteadores, éstos los aceptan con mucha emoción.
Iniciamos la ruta con una subida pronunciada y corta, luego empezamos a llanear en un camino donde comenzamos a avanzar a varios grupos al mismo tiempo que van apareciendo estupas y las montañas que vimos ayer desde otra perspectiva. Y después una bajada considerable, justo antes de cruzar el río, comemos en una terraza mientras el día se va tornando gris y frío, hasta el punto de amenazar tormenta. Una vez pasado el puente nos depara un largo ascenso por un sendero que discurre entre los árboles y una niebla que se nos ha echado encima, al llegar al punto más alto nos maravilla la aparición del Monasterio de Tengboche de origen budista tibetano de la comunidad sherpa. Aquí nos reciben con una sorpresa, una “puja”, ceremonia que sirve para eliminar las energías negativas donde hemos depositado banderas de plegaria que han sido bendecidas para darnos suerte en la expedición. Hoy estamos comenzando a notar más la falta de oxígeno, llegamos a casi 4.000 metros. Después del ritual, la niebla y la humedad se intensifican y ascendemos al hotel en media hora, aquí nos llevamos una impresión muy pobre en cuanto al mínimo confort, no tenemos luz en la habitación ni enchufes, la ventana no aisla nada y la ducha queda lejos.

Esperamos poder descansar sin pasar frío, quizás tendremos que dormir en nuestro saco.»

DÍA 6 – 19 de abril
Deboche – Dingboche


«Empezamos el día acompañando al río Lobuche en casi todo el trayecto hasta la última subida donde hemos ido paralelos al río Imja Khola, éstos cada vez más blanco-verdosos, típica coloración de los ríos próximos a los glaciares.
Hemos dejado los bosques atrás ahora el paisaje es muy diferente, vamos por un valle glaciar pigmentado con arbustos y rocas medianas.
Desayunamos unos dulces deliciosos en Pangboche y a la salida de éste toman otro camino aquellos valientes que van a subir el Ama Dablam.
Nos ha ido sorprendiendo mucho como cambiaba la perspectiva de las grandes montañas a medida que avanzábamos y
Llegando a destino, el gran pico de Lobuche asoma a izquierda majestuoso entre otros, empezamos a ver la cumbre deseada.
Al llegar al hotel y descubrir sus servicios y rincones nos ha maravillado, sobretodo después de haber estado en uno bastante precario el día anterior. Su terraza nos ha permitido disfrutar del sol mientras saboreamos las vistas de los picos del entorno.»

DÍA 7 – 20 de abril
Dingboche aclimatación – subida al Nangkartshang Peak


«Esta mañana, como todas desde que aterrizamos en Lukla, nos levantamos antes que suene el despertador (6:40), a las 7:30 desayunamos y a las 8:00 en marcha, nos dirigimos al pico de Nangkartshang situado a 5.070 metros con Tenji y Peima. En una ascensión sin rellanos con un camino incómodo de piedra y arena hemos ido sorteando todos aquellos grupos que subían con el mismo propósito.
Las vistas eran magníficas, el Monte Makalu con 8.485 metros destacaba entre los demás, glaciares y seracs hacían del hielo blanco un espectáculo.
El trabajo de la aclimatación consiste en ganar una altura considerable y volver a bajar para acostumbrar al cuerpo a la falta de oxígeno provocada por la altura, en este caso, si no lo hiciésemos así, podríamos padecer con mayor facilidad el famoso mal de altura.
Esta subida ha sido la más dura desde que estamos por Nepal, cada uno necesitaba seguir su ritmo y nos hemos separado un poco hasta reunirnos en la cima, ahí Javi, buen leonés, ha sacado cecina. Todo un manjar a estas alturas, aprovechamos para mencionar que los desayunos, comidas y cenas nos empiezan a parecer monótonos y poco estimulantes. También echamos de menos el vino y la cerveza que, aún que los haya, nos tomamos muy en serio nuestra adaptación a la altura.
Al volver al pueblo, en una de las casas, nos esperaba Pasang, ahí nos han equipado con el material técnico del que alguno no disponía para afrontar las zonas de nieve (botas, arneses, crampones, piolets, etc.)
Hemos comido tarde y estábamos hambrientos. Después del gran esfuerzo para no dormirnos por la tarde y una ducha, nos hemos quedado en el comedor viendo nevar y después, como ayer, nos hemos ido a una cafetería “con encanto”, la estufa de ésta, como es costumbre aquí, funciona con excrementos de yak y nos ha brindado el momento cálido. Al salir estaban los tejados y algunos campos cubiertos de un manto fino de nieve.»

DÍA 8 – 21 de abril
Dingboche – Lobuche

«Hoy amanece todo blanco, pero el sol disipa la nieve rápidamente, comenzamos una pequeña subida y nos espera un largo llano, hasta llegar al río donde tenemos una larga subida pedregosa, hoy tenemos bastante tráfico, al final de la subida nos sorprende un campo lleno de monolitos e hitos en memoria a las víctimas de estas montañas, muchos de ellos eran sherpas, hemos colaborado colocando unas banderas de plegarias que bendecimos días atrás, y nuestros sherpas nos dan arroz también bendecido para echarlo al viento en este peculiar santuario.
Seguimos la marcha llaneando y cruzamos el pueblo de Lobuche en dirección al campamento base del Everest, a la media hora nos desviamos para dirigirnos a los pies del enorme glaciar de Lobuche donde divisamos la cumbre a atacar en dos días. Aquí está nuestro albergue, un edificio con forma de pirámide cubierto de ventanales y paneles solares, la parte alta es una base científica donde, curiosamente, nos han hospedado a unos cuantos miembros del equipo.
Con la tripa muy llena hemos dado un paseo llegando a los 5.200 metros donde hemos ganado visión de nuevas montañas y nos ha impresionado poder ver a lo lejos la inmensidad del campo base del Everest que, la hemos podido contemplar con más detalle gracias a varios prismáticos que venimos trayendo.
Hoy hemos cenado muy pronto, eran las 18:30 cuando nos han interrumpido la partida de cartas, al terminar de cenar nos arrinconaban puesto que hay más gente que tiene que cenar, existe un variopinto de trekkers: rusos, orientales, europeos, etc. Es cuando decidimos irnos a la habitación, estamos derrotados y nos quedan los dos días más duros.»

DÍA 9 – 22 de abril
Lobuche – Campo de ataque
Esta mañana nos hemos levantado con la misma sensación, hemos dormido bastante mal, los unos por ruidos y los otros por insomnio. A las 7:00 estábamos desayunando, sorpresivamente ha sido el desayuno más completo y rico desde que estamos en Nepal, hemos abusado de ello y menos mal que la ruta de hoy empezaba en llano con alguna bajada suave, al cabo de una hora nos ha tocado una fuerte subida que divisábamos a lo lejos, por un sendero serpenteante y al final de éste hemos tenido que utilizar las manos y algún pasamanos para llegar a lo más alto desde ahí veíamos nuestro campamento abajo y el gran Lobuche arriba. En ese momento se podían divisar a lo lejos a otro grupo que descendía del pico por un nevero empinado con el tamaño similar a las hormigas, a esa misma hora estaremos nosotros descendiendo mañana tras haber coronado el gran pico.
El campamento está situado junto a un ibón y parece que es el mejor sitio para estar resguardado del viento, pero aún así hoy habían unas rachas que ponía a prueba la sujeción de las tiendas. Nos ha sorprendido el buen estado de las tiendas de campaña y la misma calidad son de dos personas con una altura considerable para poderse mover cómodamente y el comedor gozaba de un espacio generoso. Después de comer hemos descansado en las tiendas, la irradiación las mantenía calientes, pero a media tarde, mientras esperábamos a que nos trajeran el material de alpinismo para practicar, las rachas de viento seguían e incluso han aumentado tanto hasta que hemos notado que la tienda vecina invadir la nuestra en el momento que la estábamos sujetando, cuando hemos decidido salir hemos encontrado la mitad del campamento derrumbado y la tienda cocina hecha a ñicos… entonces nos hemos puesto manos a la obra: reconstruyendo unas y desmontando otras. De repente otra racha se ha llevado una tienda vacía del campamento vecino hacia un barranco cercano. Al dejarlo todo un poco arreglado, nos han recomendado de esperar en las tiendas.
Cuando se calma el viento, empezamos a revisar el material de alpinismo y hacer una práctica de colocarnos los crampones y luego al otro lado del lago que teníamos junto al campamento para aprovechar unas cuerdas instaladas y probar el ascenso y descenso en ellas con diferentes sistemas de seguridad.
Al atardecer, cuando el sol nos abandona, se produce un cambio de temperatura brutal, de haber estado en las tiendas con un calor asfixiante a notar la humedad por la neblina que entró y posteriormente bajar aproximadamente a los 10 grados negativos. Creemos que este factor contribuyó a que nuestro amigo Clemente acabase enfermo y no pudiera hacer la ascensión del día siguiente que, hay que citar, empezaba a la una de la mañana.

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